- Castellano
El problema con el debate sobre el número de personas que habitan el planeta es que no hay debate. La población humana se ha multiplicado de manera alarmante en el último siglo y sigue creciendo sin demora, devorando todas aquellas condiciones que hacen posible su propia existencia.
La población no puede multiplicarse hacia el infinito por el simple hecho de que el planeta es finito. Cuando el número de bocas aumenta, aumenta también la superficie arrebatada a la naturaleza para el cultivo de alimentos o pasturas para el ganado. También pasa con la pesca, donde su aumento conlleva a que haya una crisis en los próximos años debido a su sobreexplotación. Además, la naturaleza no sólo se ve acorralada por la alimentación del ser humano; los recursos naturales que extrae el mismo para su uso en su vida diaria, ha hecho que nos encontremos hoy en una gran crisis ecológica (mayor extinción de especies desde hace 65 millones de años, contaminación, pérdida de hábitat natural...). Esta crisis viene determinada por el capitalismo principalmente, pero el aumento de la población mundial (y su consecuente uso de la naturaleza) es incompatible tanto en condiciones capitalistas de producción, como en condiciones socialistas.
El capitalismo, al dejar en segundo orden los asuntos humanos y el medio ambiente, crea las condiciones necesarias para una revolución ecohumanista. No obstante, si ese nuevo modelo por el cual luchar, no exige en su interior un debate que llegue a la acción de la reducción de la población mundial y su impacto en la naturaleza, la alternativa al capitalismo fracasará.
El problema con el debate sobre el número de personas que habitan el planeta es que no hay debate. La población humana se ha multiplicado de manera alarmante en el último siglo y sigue creciendo sin demora, devorando todas aquellas condiciones que hacen posible su propia existencia.
La población no puede multiplicarse hacia el infinito por el simple hecho de que el planeta es finito. Cuando el número de bocas aumenta, aumenta también la superficie arrebatada a la naturaleza para el cultivo de alimentos o pasturas para el ganado. También pasa con la pesca, donde su aumento conlleva a que haya una crisis en los próximos años debido a su sobreexplotación. Además, la naturaleza no sólo se ve acorralada por la alimentación del ser humano; los recursos naturales que extrae el mismo para su uso en su vida diaria, ha hecho que nos encontremos hoy en una gran crisis ecológica (mayor extinción de especies desde hace 65 millones de años, contaminación, pérdida de hábitat natural...). Esta crisis viene determinada por el capitalismo principalmente, pero el aumento de la población mundial (y su consecuente uso de la naturaleza) es incompatible tanto en condiciones capitalistas de producción, como en condiciones socialistas.
El capitalismo, al dejar en segundo orden los asuntos humanos y el medio ambiente, crea las condiciones necesarias para una revolución ecohumanista. No obstante, si ese nuevo modelo por el cual luchar, no exige en su interior un debate que llegue a la acción de la reducción de la población mundial y su impacto en la naturaleza, la alternativa al capitalismo fracasará.